Aterrada, en su último suspiro, vio pasar su vida en destellos hasta el momento en que lo conoció en aquel bar. Jamás pensó al aceptar su invitación que al decirle que se la comería enterita sus palabras eran absolutamente literales.
Tienen su gracia estos micros de confusión entre sentido literal y metafórico, aunque no conviene abusar de ellos. El título, Estefanía, es quizás demasiado revelador. Te sigo. Un saludo.
Tienen su gracia estos micros de confusión entre sentido literal y metafórico, aunque no conviene abusar de ellos. El título, Estefanía, es quizás demasiado revelador. Te sigo. Un saludo.
ResponderEliminarGracias Víctor. Tienes razón en el título, voy a darle una vueltita. El seguimiento es mutuo y el saludo también
ResponderEliminarHola,opino igual. Te sigo también. Un cordial abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Héctor. Me encanta tu presentación. Un abrazo de vuelta
ResponderEliminarsencillo, pero muy bien cerrado.
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